Los temores de que el cierre de una importante red de oleoductos podría causar una escasez de gasolina provocaron algunas compras de pánico y llevaron a los reguladores estadounidenses a suspender temporalmente los requisitos de combustible limpio en tres estados del este y la capital de la nación el martes.
Si bien no quedó claro el grado en que se verían afectados los suministros, los conductores hicieron fila para llenar sus tanques en las estaciones de servicio en el sureste, y algunos cargaron contenedores adicionales por temor a la escasez de combustible.
Un ataque de ransomware el viernes en Colonial Pipeline obligó a la compañía a cerrar toda su red, pero los funcionarios del gobierno pidieron calma el martes y dijeron que la situación es solo temporal.
Colonial Pipeline, el operador del sistema de conductos de combustible más grande de los Estados Unidos, envía gasolina y combustible para aviones desde la costa del Golfo de Texas a la populosa costa este a través de 8.850 kilómetros de conductos que sirven a 50 millones de consumidores.
La compañía dijo que espera tener la red de oleoductos en pleno funcionamiento para fines de semana.
La secretaria de Energía de EE. UU., Jennifer Granholm, dijo el martes que algunas áreas "pueden sentir una escasez de suministro, a medida que Colonial se reanuda por completo".
Sin embargo, "no debería haber motivos para acumular gasolina, especialmente teniendo en cuenta que el oleoducto debería estar sustancialmente operativo a fines de esta semana y durante el fin de semana", dijo a los periodistas en la Casa Blanca.
